Tres Chanchitas desobedientes
Tres chanchitas desobedientes
Sin permiso de sus papas
Se tomaron de la mano y
Se fueron a juerguear
Vino el lobo y golpeo a la
Chanchita más juerguera...
¡¡¿Qué?!!
Algunos años atrás mis amigas Ely, “Mónica Chang” (una china media gangosa y pitucona) y yo hacíamos planes para el cumpleaños de Ely que caía sábado. Sólo había un problema: ¿El papá de Ely la dejaría celebrar, ya que ella había dejado de estudiar...?
Bueno... tratándose del cumpleaños no creo que le niegue el permiso dije.
Una semana antes, las tres lo esperamos para pedirle permiso y él, tajantemente, respondió:
- ¡¡NO!!
No sabíamos que hacer y la mamá de Ely, en broma, dijo:
- ¿Por qué no duermen a Víctor?
Y nos dio la maravillosa idea de darle dos pastillas de Diazepan en el matesito.
En ese momento la mamá, hermanas, Ely, “Mónica” y yo nos hicimos cómplices de un “pepeo”.
(Esas cosas no se hacen salvo emergencias jaja... Y esta era una de esas.)
Muy contentas, después de haber dormido al papá de Ely, nos fuimos a la discoteca. Cuando ingresamos lo primero que hicimos fue dirigirnos al segundo nivel –solo salsa. Yo iba delante, Ely y Mónica iban detrás. Ya con un pie en el segundo piso sentí un fuertísimo golpe en la boca del estómago que me dejo sin aire por la fuerza del impacto; me fui hacia atrás empujando hacia las escaleras a mis amigas. No termine de caer porque un chico que estaba en la baranda me tomó del brazo.
(Ese golpe no era para mí: se estaban peleando dos patas por una flaca y estuvimos en el lugar y momento equivocado, nada más.)
Después de los segundos que me llevó tomar aire, baje las escaleras para ver a mis amigas; Mónica estaba tirada de panza y Ely sobre ella de costado. Ely perdió un zapato, Chang preguntaba con esa voz gangosa que tiene:
- ¿Chicas qué pasó… qué pasó?
Buscamos el zapato de Ely, lo encontramos sin taco… Ahora a buscar el taco. Nos tomo como quince minutos encontrar ese taco.
Así palteadas por el golpe, la caída y los zapatos disparejos fuimos a comprar chicles.
Una vez masticados, Ely quiso arreglar su taco y, saben qué: los chicles no suplen al terokal.
Le pedí el zapato a Ely y lo empareje quitando el otro taco.
Con semejante rochesazo ni locas nos quedaríamos en la disco.
Ely no podía volver a su casa; “Chang” salió sin permiso y si regresaba su papá la haría chaufa; y, mi papá estaba molesto porque no le gustaba que salga a fiestas.
Pero igual les dije: vamos a mi casa a dormir.
Cuando llegamos, mi papá, no nos quiso abrir la puerta, así que las tres nos quedamos a dormir en la puerta de mi casa cual indigentes.
Colorín colorado este cuento se acabado.
16 Comments:
noooooooo porque princesita andina te pasna esas cosas?
asu!
cha que tal anecdota!!!!!!!!!!!!! ...una ironia tremenda la que se dieron ese dia he! ; super entretenidos tus posts , te visitare a menudo . Saludos
:)
oye sonjoj te invito a salir eso si nada de golpes ni rodadas de escaleras mucho menos perdida de zapatos prometido jejeje
saludos
ta chevere todo
jaja chanchitas peperas...
oeeeeeee que??
jajaja
asi que pepera no?
lo que son capaz de hacer las mujeres con tal de ir de a divertirse
muy bueno lo que escribes
En la casa de mi tía la consigna era el ajinomoto, aunque aun no termino de entender como hacían.
noooo ajinomoto no!! al amigo de mi hermana le dieron eso casi lo matan al pobre
Yo también sé lo del ajinomoto... pero es muy arriesgado... mucha vaina... pepero, sí; asesino, no.
OE China... Ta chevere la presentación... ahora tendré que esforzarme para ganarte... je je
japonesa de mi corazon esta chevere todo
felicitaciones!
a ver cuando te cuentas la de barranco jajaja
besotes wapa
pucha hernancito dejame pensarlo aunke en realidad no es mala idea
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