domingo, julio 30, 2006

Corazón esclavo

Son las 8:30 de la noche día 30 de julio del presente lo que provoca mas de 3 botellas de pisco y la música de Joaquín sabina, Bunbury yAndrés calamaro , y en mi y un grupo de amigas que no quieren saber mas del amor a la mierda todo y todos carajo !!



Corazón esclavo eterno vagabundo solitario
Fingiendo amar te entregaste a una falsa pasión
Donde solo el dolor hizo preso de ti


Corazón esclavo eterno vagabundo solitario
Palpitas sin vida
Sufres sin dolor


Corazón esclavo eterno vagabundo solitario
Rompe tus cadenas!!
Escapa de tus celdas!
Huye de la soledad ¡


Corazón esclavo eterno vagabundo solitario
Amo y señor de tu silencio


Después de esta media noche dejaré de escribir cosas así lo juro

jueves, julio 06, 2006

vasectomía y próstata

Hace algunos meses yo iba caminando por la Av. Bolívar en Villa El Salvador. En eso por mi lado paso una señora un poquito desarreglada con un bebe en los brazos. Su rostro se me hizo familiar mire nuevamente y pregunté “¿La Sra. Cáceres? Efectivamente, era la mamá de mi compañera Damaris, que estudio conmigo toda la primaria y a quien no veo hace trece años ¡¡¡Qué bestiaaa… como pasan los años!!!
Aparentemente la señora me reconoció cuando le pasé la voz; me dijo: “Estás igualita”.
(NOTA MENTAL: ¡¡Qué tía para mentirosa!!
Hace 13 años yo pesaba 38 kilos, no usaba lentes, era súper Light y la maldita de mi hermana me peinaba con dos cachitos; todo lo contrario a lo que soy ahora.)
Entre risas hipócritas le dije: gracias señito, usted también sigue igual. Agregué: tan joven y abuela –por el bebe que tenia en brazos.
- No –dijo–, él es Sebastián, mi bebe. Tiene 8 meses.
Yo sólo recordaba a su hijo Asrael… Rafael… Israel o algo así; a Damaris y a Cris.
- Después de mi Cris tuve cuatro más.
- Seeeño, acaso no hay televisión en la casa. Estos tiempos ya son como para tantos hijos
A esto la señora dijo algo que me dejó helada, perpleja y al borde de la carcajada más grande de toda mi vida:
- Hijita, estoy pensando seriamente en hacerme la “vasectomía”
¡¡¡Sííííííí!!!
La señora pensaba hacerse la “vasectomía”.
Mmm, no quise abrir la boca, porque sólo sería para reírme.
- Bueno señito, me voy. Este es mi camino, se me hace tarde. Cuídese y si se puede operar, opérese. Saludos a todos.
¡Qué cague de risa!
Eso me hizo recordar a la mujer que me dio la vida. Mi mamita.
(Mami, perdóname pero tenía que escribirlo.)
Mi mamita estaba aparentemente mal de prolapso. Sacó cita en el seguro. Para su mala suerte le tocó un médico renegón que la puso nerviosa.
- Señora ¿Qué cosa tiene usted; qué le duele?? –en un tono de voz muy fuerte.
- ¡Ayy, doctor, creo que estoy mal de la próstata!
¡¡¡Sííííííí!!! La próstata.
Carajo, la mamá de mi compañera de primaria se quiere hacer una vasectomía y mi vieja cree que esta mal de la próstata. Ahora sólo falta que mi papá me diga que está embarazado y le van hacer cesárea.
Jajaajajaja.

Aprendiendo a volar


¿Quién alguna vez de niño no ha jugado a ser un súper héroe?
Ser como el Hombre Araña, Batman, o quizá Superman...

Tengo un amigo que vive al lado de mi casa, se llama Alisban. No sé por qué razón hasta ahora le dicen “Stick”, en fin...
Cuando Stick era niño usaba los manteles de su mamá como una capa de Superman. La gente sapa le preguntaba: “Papito ¿¿Qué súper héroe eres tú??
- Soy “Shupilman”, polque mi mama me hace huevo flito con papas flitas
Jajaja. Y yo jugaba todos los días con Shupilman.
Una vez en mi casa se subió a la mesa quedando enganchado en un clavo; ese día Shupilman se fue triste a su casa por semejante hueco que le hizo a su chompa
Jajaja

Aproximadamente quince años después, la historia de las capas hechas por manteles se repite con Bryam, de siete años, hijo de Mónica, hermana mayor de Stick...
Ella visita los días viernes a su familia y siempre se da una escapadita a mi casa para chismear con mi hermana y conmigo.
El chisme estaba tan bueno que Mónica dejó a Bryam jugando con su sobrinito Eduardo. En eso se escuchó un ruido fortísimo. Las tres salimos a la calle ver qué pasaba y de la casa de Stick salió su cuñada gritando desesperada
¡¡¡Mónica, Mónica... Bryam!!!
La cuñada corrió, y nosotras tras ella. Subimos las escaleras. Llegamos al techo. Cuando miramos a la casa de lado había un gran agujero varias planchas de eternit rota y Bryam tirado en el piso boca arriba.
¿¿¿Qué pasó???
Hubo mucha tensión porque en esa casa no vivía nadie y no sabíamos como sacar de ahí a Bryam hasta que mi hermana consiguió una escalera.
Recuerdo claramente ese día, sobre todo palabras de Bryam que con esa voz entrecortada y con unas ganas de llorar contenidas dijo: “Mamita, por un segundo paso mi vida delante de mí. Por un segundo, mamita”
Le preguntamos a Eduardo qué es lo que había pasado y este dijo:
“No sé, Bryam quería volar”

Jajajaja

¿¿¿Medicina o mecánica???

Tengo tantos recuerdos con mis amigas Sara y Ely... sobre todo las tarugadas que nos pasaban.Estábamos cursando el ultimo año de secundaria cuando conocimos a tres chicos universitarios por medio de un amigo (no recuerdo sus nombres, sólo lo qué estudiaban: uno, Medicina; y, los otros dos, biología). Y, para nosotras, decir que recién salíamos del cole era mucho roche. Un día salimos a caminar los 6 hasta que uno de ellos preguntó: “¿¿Chicas ustedes a que se dedican??” Ely rápidamente respondió soy costurera... mmm... yo me quedé calladita y Sara queriendo mencionar su supuesta profesión dijo (por favor imaginen a Susy Díaz hablando):
- ¡Ay! ¿Cómo se llama eso que se vende en las boticas?- ¿Farmacia? –dijeron los muchachos.- No, no, no, es otra cosa.
Ely yo nos mirábamos escuchando la burrada de Sara y ella muy fresca aclaró: - Yo estudio eso que sana a la gente.
- ¿Medicina o farmacia? –preguntaron en coro. - Sí, sí, sí, eso.Uno de los chicos dijo: ¡Ah qué bien! ¿Y en qué universidad estudias?Y Sarita dijo: “en Julio C Tello”
¡¡¡Noooooooooooo!!! Ya no pude más con la risa.
“Sara, te pasas” fue lo único que se ocurrió decir.
El "Julio C. Tello" es un instituto en Villa El Salvador, en el cual, por esa época (año ’97), sólo existían dos carreras: mecánica automotriz y administración de empresas.Después de esa calabazada nunca más nos buscaron.

miércoles, julio 05, 2006

¿Apuestas? ¡¡Ya no!!

En el blog anterior mencioné a Ely, mi mejor amiga desde tercero de secundaria... ¡¡¡Uuufff hace cuanto de eso!!! Jajajajaaja
En el colegio el grupito éramos Ely, Sara y yo.
En el barrio de Ely vivía un patita llamado Massiel. Todos le decían “Galán de barrio” porque participo en un concurso en el programa de la tía Gisela Valcárcel. Siempre que lo veía me hacia ojitos; pero yo, nada de verlo guapo, muy tío para mí. Sin embargo, Sara se moría por él.
Recuerdo que Ely hizo una actividad en su casa –una pollada– a la cual fui. En ese entonces no tomaba ni fumaba. Chica sana al fin. A esta actividad fue toda la gentita de ese barrio... mmm, y él. En un momento la loca de Sara me dice:
- Te hago una apuesta: a que Massiel me dice esta noche para ser su enamorada.
- ¡¡¡Noooooo!!! –le dije yo.
- Una caja de cerveza y treinta soles –me reto la borracha.
Para mí era mucho, pero unos amigos, Jhonny y Javier, pagarían la apuesta si yo perdía. Acepté.
Sara era muy coquetona con Massiel, pero dos pies izquierdos bailando salsa y yo le tenia una gran ventaja: sí bailaba salsa.
Después de un bailecito bien rico, salí a comprar una gaseosa y él me siguió; fue ahí cuando me dijo para ser su enamorada y yo acepté en one; pero... no lo besé... por vergüenza. Me decía mí misma: ¡Ya gané! ¿¿Ahora que hago??
Sara, buena perdedora, pagó la apuesta.

Días van, días vienen y yo lo tenía paseando al hombre; no quería chapármelo... pero, tampoco podía ser tan chinchosa, así que le dije para ir a una fiesta de promoción del cole y él aceptó.
Para empezar fui a recogerlo a su casa. Luego caminamos "dieciséis cuadras”. Pero recién llegados a la discoteca, empezó la palta:
Mis amigas decían “aaaaasuuuu maaaareee esta buenazo”; y los chicos decían: “manya parece Rambo, jajajajaja.
Al momento de pagar las entradas me miró y dijo: “¿Tu entrada?”.
Una vez que ingresamos a la disco me junté con la gente del cole; los chicos ya iban por su cuarta jarra de sangría y todo iba bien hasta que uno de ellos me dijo: “Flaca, por ti no hay problema porque no tomas, pero dile a tu "enamorado" que no se haga el gil, que ponga su jarrita”
¡¡Qué vergüenza!!.
Dejé a Massiel para ir a bailar un buen rato. Terminando de bailar me acerqué al guardarropa para dejar mi casaca y este conch... me dio su casaca para que yo pague por guardarla. PTM, que fresco. Fue en eso q me sacó a bailar. Habían pasado como siete canciones y yo tenia sed y él me dijo:
- Amor, hace calor ¿Tienes sed?
- Si –respondí. Y me mató el maldito porque dijo "yo también" sin tener la mínima delicadeza de invitarme una gaseosa, siquiera.
Dieron las tres de la mañana y ya me iba de la disco. Uno de mis compañeros dijo a Massiel: “Oye, váyanse en taxi. A esta hora la zona es muy peligrosa” y Massiel conchudamente dijo: “queremos tomar airecito...”
Me llegó la hora y caminé nuevamente las mismas dieciséis cuadras.
Cerca a mi barrio, creí que me dejaría al menos en la puerta de mi casa, pero el niño pidió que lo acompañe al paradero, dos cuadras mas allá de mi casa.
Me decidí a terminar, porque ya era mucho este hijo de la guanábana, pero antes me pidió dinero para su pasaje ¡¡¡CARAJO!!! qué hu...da. Le dije: “Sabes qué Massiel, ahora no quiero hablar mañana te busco si??”, sólo por no mandarlo a la mierda.
Al día siguiente, antes de verlo, una amiga, Janet, me contó que tenia cinco hijos: dos en una tal Rocio, uno en una tal Liliana y otro en una de quien no recuerdo el nombre; y que le gustaba que las mujeres lo mantengan. Que era striper en el Splash de Miraflores y que fleteaba (se vendía con las tías) ¡¡Qué asssssssscoooooo!!
Al final, lo único que atiné a preguntarme fue:
“¡¡¿Por qué mierda aposté con Sara?!!

un monton de chacra

Mi madre siempre me hablaba de su añorado Huancayo, hasta que un día decidí viajar para conocer la tierra de Catalina Huanca (dueña de las riquezas del valle del Mantaro –porsia ella no es mi vieja, jejeje–.
Llego el mes de septiembre, tiempo de fiestas patronales, le dije a mi mejor amiga de colegio, Ely –la chica mas zanahoria de la promo 97– que me acompañe, prometiéndole pasarla de la P.M. Mi querida mamita me indico como llegar, me hizo un croquis y dijo; tomas el carro que vaya por la margen izquierda, te bajas en el paradero Mantaro, ahí vas a ver un parquecito y a dos casas está la de mi tío Víctor (primo de mi abuelito).
El viaje duraría ocho horas; calculé el tiempo y nos embarcamos a las diez de la noche calculando que llegaríamos a las seis de la mañana. Una vez instalados en el bus le hicimos en habla con unos chicos huancaínos; les preguntamos a que hora llegaríamos, cómo era el clima y esas cosas. Todo estuvo bien hasta que nos dijeron: “tengan cuidado que hay violadores y por como va el carro llegaremos las 4 de la mañana”. Ely y yo nos miramos asustadas... Pasaban las horas y la gente sacaba frazadas y tiritaba. No entendimos por qué. En ese momento empezó. La gente hablaba con pánico y yo pregunté qué pasaba: estábamos en Ticlio y por la lluvia el carro estaba patinando hacia atrás. Fueron momentos de miedo hasta que llegó la calma...
Yo me la pase preguntando dónde estábamos, todos me decía falta poco, en un tono de molestia, así que me acerqué al chofer y le dije que me avisara en el paradero Mantaro; todo educado respondió: “claro, señorita”.
Pasaron dos horas y el ayudante del chofer me aviso que habíamos llegado a Mantaro: “bájense”, nos dijo. Así que bajamos, con miedo porque eran las 4 de la mañana no se veía nada, sólo grandes extensiones de tierra. Buscamos el famoso parquecito del que tanto me había hablado mi mamá y no había nada. Caminamos en dirección contaría. A lo lejos se veía una casita, nos acercamos a ella para preguntarle a quien estuviera allí donde estábamos; salió una señora muy amable quien nos dijo: “están en San Lorenzo. Mantaro está a dos pueblos mas allá”. En ese momento se nos vino a la cabeza lo de los violadores. Nos moríamos de miedo, pero decidimos seguir caminado. A lo lejos divisamos un parquecito o algo parecido, nos sentimos aliviadas. Caminamos hacia él, hasta escuchamos que alguien tocaba un silbato; en eso Ely me dice:
-¡¡China, no camines, mira, lee!!
Había un cartel inmenso que decía:
“ALTO
ORDEN DE DISPARAR”


¡¡¡MIERDAAAA. NOS JODIMOS!!!
Zafamos trasero de ahí porque ese no era el parquecito que mi mamita nos había hablado sino la Universidad Agraria del Mantaro.
Seguimos caminado y el cielo se fue aclarando yo iba vestida con una casaca mayor que yo color rojo. Tristes y derrotadas nos reíamos, hasta que nos dimos cuenta que a lo lejos por ambos lados de la carretera iba una gran manada de toros, rápidamente voltee mi casaca y empezamos a caminar en medio de la carretera central... No sé qué era peor en ese momento ,si morir atropellada por un bus interprovincial o embestidas por un toro.
Caminamos por dos horas y media asta que por fin dimos con el paradero Mantaro y adivinen qué ¡no había parquecito! Pregunté si alguien conocía al señor Víctor hasta que llegué a la casa. En ese momento fuimos felices, ya no caminaríamos más.
El tío Víctor se emociono tanto que de desayuno nos sacaron queso, choclo chuño, leche, papa, sopa verde. Comimos hasta por las puras. Mi tío víctor y su esposa al ver que disfrutábamos del desayuno preguntaron:
- ¿Está rico?
- ¡!Sí!! –dijimos nosotras.
¡¡Demonios!! Por qué abrimos la boca. Ya no había estomago para más y nos volvieron a servir y no sabíamos como decir ya no más!!!... En el bolsillo de mi casaca había una bolsita y ahí empecé a meter el chuño y la papa, porque, sinceramente, era demasiado lo que había en la mesa; comimos tanto, estábamos empanzurradas, empachadas, y teníamos un deber con la naturaleza; yo pregunte ¿Tío, puede prestarnos su bañito?
Y él, con una sonrisa de oreja a oreja respondió:- No hay bañito, pero sí un montón de chacra.


Estadisticas visitas