domingo, octubre 29, 2006

Saco, saquito... SACOTE

Compartir las tareas del hogar con la pareja se ve muy bien; pero, de ahí hacerlo todo uno solo no me parece justo. Ese es el caso de mi amigo Jorge, un policía muy trabajador.
Yo lo conozco de alegre y cariñoso con la que era, en ese entonces, su enamorada y actualmente su esposa. Pero, desde que se amarró no lo he visto muy seguido. Siempre pregunto a mis amigos por Jorgito; ellos me cuentan que el hombre es un pisado de... Pucha, Jorge lava, cocina, plancha.
Estos hablan asi de pura envidia, no creo; voy a salir de dudas -me dije, así que fui a visitarlo a su casa.
Toco el timbre y sale Jorge a abrir la puerta con un mandil puesto... Mmm...
Un poco avergonzado me saludó y me dijo:
- Flaquita, estoy de franco y aprovecho para ayudar a mi señora.
- Bueno, si estás ocupado no te quito mas tiempo y otro día te visito.
- Ehh... ehh... uhmmm... Déjame tu numero yo te llamo.
- Ah, ok.

En eso un ogro grito:
- ¡¡¡¿Oye, Jorge, hasta que hora voy a esperar que termines de lavar?!!! -chesuuu, era el ogro de su mujer.
- Bueno Jorge, te dejo.
En eso sale el ogro y muy seria me dijo:
- Sabes qué, amiga, Jorge tiene muchas cosas que hacer como para que vengas a inquietarlo.
Ptm, me decía, Jorge di algo defiéndete, no me confirmes lo que todos hablan ¡¡Vamos amigo, tú puedes!!
- No mi amor la señorita esta buscando una dirección.
¡¡Siii huevon dirección, no!!
Yo la conozco: ella es la enamorada de Daniel.
¿Dónde quedo mi amigo juerguero, mujeriego, toma pelo? No me vas a venir con mentiras a mí.
No puedo creer que mi amigo Jorge, el policía trabajador, sea un reverendo pisado de mierda...
¡¡¡Que desgracia!!!

viernes, octubre 20, 2006

Mi vecina Guillermina

Frente a mi casa vive una señora de nombre Guillermina a quien, cariñosamente, le decimos “Guille”.
Esta señora hace muchos años que está divorciada y ahora vive con sus tres hijos.
Como muchas persona, ella le tiene pánico a los temblores; pero, lo que me ha llamado la atención toda la vida es que, cada vez que hay un temblor, en menos de lo que canta un gallo, ella sale corriendo despavorida gritando
¡¡¡Don Chicho, don Chicho, temblor!!!
hasta llegar a los brazos de don Chicho y desmayarse.
A todo esto, Don Chicho es mi papá.

Lo que yo me pregunto es que, si medio vecindario es familia suya y tiene tres hijos varones ¿Por que los brazos de mi papá?
Uhmmmm
Se lo he preguntado y ella solo se sonroja. Mi mamá se ríe de esto, pero a mí empieza a preocuparme.

Ahora que escribo estas líneas, mi amigo Richard me cuenta que uno de esos consabidos temblores la señora Guille salió asustadísima a su puerta con las manos juntas, como implorando, el rostro desencajado y llamando a sus hijos Nino y Ricky. Cuando uno de estos llegó donde ella, le grito ¡¡¿Ricky, por qué te vas sabiendo que va a ver temblor?!!

sábado, octubre 14, 2006

Eso no se roba, pues

Muchas veces he sido victima de asaltos. Pero, algo realmente gracioso que me paso fue cuando estaba por el paradero “Celima”, en san Juan de Lurigancho:

Mi tía me había invitado dos hermosas y gigantes naranjas. Se me hacia agua la boca por llegar a mi casa y darle curso. Para esto, compre una cosita muy necesaria en ese momento. Casi llegando al paradero un grupo de pandilleros me arrancho de la mano mi bolsita. Fue tanta mi cólera por las naranjas, que sin importar toda la gente que esta mirando le grito al ratero :
- ¡Imbécil de mierda, aprende a robar! ¡So pedazo de animal, me has robado mis naranjas y una toalla higiénica! ¡¡¡Imbécil!!!

¡¡¡UPS!!!

Cuando me di cuenta, todos se reían por lo que dije. Mi cara ya no estaba roja de cólera si no de vergüenza. Finalmente, el ladrón me tiró la toalla…
y se llevo mis naranjas
PLOP

sábado, octubre 07, 2006

¡Qué tal viaje!

Hace tres años, para ser mas exacta en febrero del 2003, mi jefe, Moisés, el dueño de la tienda, me dió una gran noticia: viajaría a Huancayo, Ayacucho, Cusco y Puno reemplazando a Paul, el joven que se encarga de dejar mercadería en estos lugares. Feliz, acepté la propuesta.

El primer viaje fue Huancayo. Tenía que llevar mercadería y hacer algunos pedidos. Moisés me dió dinero para mi estadía, unos cinco días; aprovechando que tengo familia en Jauja, me quedé en la casa de unos tíos. Con dinero ahorrado, una muy buena venta y gran pedido me fui a Pichanaqui en la ceja de selva.

De regreso a Lima, invité a mi hermana Sheila y a su hija Patricia a viajar conmigo a Huancayo. Para esto, en Pichanaqui un cochino mosquito me había picado la vista, hecho al que le resté importancia; y, como era época de carnavales, de camino a casa, por una alameda, un moto-taxista me mojó con el agua que riegan las plantas de dicha alameda haciéndome tragar agua sucia.

¡¡El carnaval tuvo la culpa!!

Dos días después de eso, listas mi hermana, mi sobrina y yo nos fuimos a Huancayo. Yo las dejé en casa de mis tíos; me fui a ver todo el rollo de la venta y, de paso, a cobrar el alquiler de la chacra de mi abuelita. Pero, me sentía mal, un poco afiebrada y, para mala suerte, me devolvieron un aproximado de mil quinientos soles en mercadería por algunas fallas de tejido.

Estando en la casa de mis parientes al cuarto día más o menos me dió una fiebre de cuarenta grados con unas alucinaciones malditas y una hemorragia nasal que no podía parar. No sentía las piernas

¡¡¡Me moría!!!

No había forma de sacarme de ese lugar porque estábamos en medio de la chacra; no había movilidad, ni postas medicas... ¡Nada!

De entre sueños, recuerdo a todo el mundo al pie de la cama rezando porque no me muera, a mi tía Sonia echándome ortiga y un trago misma chaman para bajarme la fiebre. Mi hermana me decía que sí o sí mañana nos vamos a Lima.

Al día siguiente hice un esfuerzo sobre humano y pude pararme. Yo tenía toda la mercadería de Moisés en un maletín grande y algunas cosas mías. Mis tías, en un costal, habían llenado papa, choclo, calabaza y queso para la familia. No había tiempo de ir a una agencia así que nos embarcamos en la carretera. Ocho horas de viaje que se hacían una eternidad. Para esto, hay que mencionar que en la bodega en que se guardan las cosas te dan unos boletos para reconocer el equipaje.

Cuando llegamos al terminal, mi hermana fue por nuestras cosas, se las pidió al ayudante del chofer y este hijo de puta le dijo que no estaban nuestras cosas sólo un costal.

¡Mierda! Ahí sí me quería morir

¡¡¡La mercadería de Moisés, carajo!!!

En ese momento se me pasó toda enfermedad y le reclamé dónde estaba mi maletín y este mal nacido me dijo:

- ¿Qué mierda quieres que haga? No están, pues.

En mi cólera le metí dos bofetas de ida y vuelta por malcriado.

Mi hermana me miraba asustada, ella se fue con su hija a buscar a un tío y a mi hermano que viven cerca. Todo esto lo vio un moto taxista que trajo dos policías (Dios lo bendiga).

Ya estando en la oficina de la empresa con los dos policías, el administrador, contador, chofer y ayudante saqué mis boletas por el valor de la mercadería. El administrador me dijo que podía pagarme en tres cuotas de quinientos soles, que solo reconocería la mercadería mas no mi cámara ni ropa.

Que mierda, dije, no importa. Así, me dieron quinientos soles.

Cuando salí de la oficina mi hermano le sacó la mierda al ayudante por dársela de abusivo.

Mi hermana asustada –parecía que sus enormes ojos se le iban a salir– me dijo:

- China ¿Qué es lo que se perdió?

- La mercadería de Moisés, pues.

- ¿Cómo?

- Sí.

- ¿No fue la plata del alquiler de la chacra de mi abuelita?

- No, esa plata la tengo en las medias. Me han robado todas las chompas de Moisés.

Fue ahí que de pronto mi hermana soltó la carcajada. La quedamos mirando porque no entendíamos qué pasaba y ella dijo:

- Cuando tú estabas con fiebre yo cambié las chompas al costal y metí la papa, el choclo, la calabaza y el queso a tu maletín porque llamaba mucho la atención.

¡¡¡Ptm, nooooo!!! ¡Tanto escándalo, policía, bofetadas, sacada de mierda al ayudante y, además, me habían hecho un pagare de mil quinietos soles sólo por papa choclo queso y calabaza!

Bueno, después de eso me llevaron de emergencia al hospital… pero esa es otra historia que duró un año y que no contaré aquí.

lunes, octubre 02, 2006

El Cambio


Una de mis mejore amigas, Guicela (mi compañera de chilingue, comadre, hermana, alma gemela y alcahueta) decidió abandonar la vida mundana y pagana por una bandeja de mazamorra que la Iglesia Cristiana le hace vender.

¡¡¡Carajo, si ella quería el cambio, por qué lo hizo de esa forma!!!

Me quedé pensando en este cambio radical y fui a buscar a otra amiga, Silvia. Ella tiene una tienda en su casa y en joda entre gritando ¡Aleluya, hermana! ¡Cambia mujer! ¡Cambia pecadora! Silvia me quedó mirando y me dijo:
- ¿Oe cojuda, qué tienes?
Muy seria le respondí:
- Silvia, necesito el cambio; yo también quiero dejar este mundo pecador.
Y Silvia, con mucha vehemencia, dijo:
- ¡¡Nooo, China, nooo tú nooo!! Ya llega mi cumpleaños (15 de agosto) ¡¡Con quién voy a chelear hasta las seis de la mañana, con quién voy hacer el baile de la garrafa!!
Y desde la tienda gritó a su hermana, Saira, que estaba en la cocina:
- ¡Saira, Sairita! La china se quiere volver cristiana.
Saira salió muy seria y dijo :
- Oe china, no seas pendeja, con quién voy a ir a la disco...
Me mató.
Así que hay china pecadora para rato.

Solo puedo decir, al margen de la broma, que no hace falta refugiarse en un grupo de gente que solo busca lucrar con la fe, el cambio esta en uno.


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